Cualquier propietario de mascotas que posee o ha tenido una mascota se da cuenta de que las mascotas proporcionan mucho más que darle una razón para que las disfraces, salgan a caminar y se alimenten dos veces al día. Una mascota, independientemente de su especie, forma y perspicacia, proporciona amor, felicidad y compañía. Están ahí cuando menos te lo esperas y saben cómo te sientes más de lo que crees.
Dicho esto, me sorprendió lo intuitivo que mi "Sylvester" de dos años y medio, como el gato, Kawi (pronunciado Cow-ee) respondió a mi estado de ánimo cuando estaba feliz, triste o sin prestarle atención. Cuando llego a casa, Kawi es el primero en correr hacia la puerta y saludarme. Ella es curiosa, inteligente y atlética. Armado con una bolsa llena de abarrotes alrededor de ambos brazos, me seguirá hasta la cocina y me verá desempacar listo para tomar la bolsa de plástico vacía y sentarme para que la use. (Por supuesto, me lo quito y lo guardo en el armario lejos de los peligros que las bolsas de plástico puedan representar para cualquier
animal si se ingiere, etc.) Cuando estoy en la computadora, ella se sienta en el respaldo de la silla y se apoya en la parte posterior de mi cuello diciéndome que está aburrida y que necesita que rasque su cabeza. Está tan concentrada y determinada en lo que quiere que correrá de un lado a otro de los pasillos persiguiendo su juguete favorito hasta que lo atrape, incluso si está sin aliento y lista para desmayarse. Y Kawi tiene sus caprichos raros, cuando está abajo y quiere entrar al garaje, me lo hará saber dándome un maullido agudo particular y volteando su cuerpo en las escaleras como si necesita frotar la barriga. Cuando quiere que encienda el fregadero o alimente su agua embotellada, todo lo que tiene que hacer es sentarse en el lavabo del baño y mirarme para avisarme que tiene sed. Durante la noche, le gusta sacar un zapato de la planta baja, no un par, solo una zapatilla o una zapatilla de tenis para que sepa que ha cazado durante la noche. Con todo esto dicho, Puede parecer que mi gato me ha enseñado cómo responder a sus necesidades y darle lo que quiere. Debo admitir que ella me ha entrenado bien.
Pero existe la idea errónea de que a los gatos no les importa nada ni nadie, excepto a sí mismos y sus necesidades. Esta es una acusación falsa definida y proporciona una opinión negativa sobre los gatos como especie para aquellos que nunca han tenido un gato o que simplemente no les gusta por cualquier razón que se pueda pensar en ese momento.
En algunas ocasiones, cuando me dejan dormir en otra habitación de nuestra casa, Kawi siempre ha estado allí para dormir junto a mí y hacerme compañía. Ella estará allí cuando vaya a dormir por la noche y se despierte por la mañana. Pero una observación aún más profunda va más allá de estar a mi lado cuando estoy solo de noche; Kawi es capaz de sentir mis emociones y sentimientos. La primera vez que lloré hace un par de semanas, Kawi se puso en pie y caminó a lo largo de mis piernas, saltó sobre mi regazo y me dio un golpecito en la mejilla con la cara, como para decirme que no esté triste y que todo Estaría bien. La acaricio para hacerle saber que estaba bien, aunque no lo estaba, y ella simplemente me dio un codazo más con su cuerpo y su cara hasta que tuve que acariciarla con ambos brazos y concentrarme en acariciarla que en mi situación actual. Ella no se iba de mi lado incluso después de que dejara de llorar y simplemente se quedaba conmigo hasta que me levanté para jugar con ella. Pensando que se trataba de un accidente fortuito y que Kawi necesitaba algo de atención, disipé la teoría de que ella podía entender completamente lo que estaba sintiendo. Lo mismo sucedió hoy, no me sentía bien y triste. En el momento en que vio mi rostro, se acercó y me dio un golpe en la mejilla con la cara, diciéndome que todo estaría bien y que ella siempre estaría allí para ofrecer un hombro en el que apoyarse. Kawi nunca me ha reaccionado así durante cualquier otro estado de ánimo o sentimiento que he expresado durante los dos años y medio que la crié. Ella, por mucho, me ha asombrado y me ha dado más de lo que le brindaré.
Así que la próxima vez que vea un gato, no lo vea como un "gato" y suponga que todos los gatos tienen la misma personalidad, temperamento o actitud. Cualquier animal, independientemente de lo que sea, debe recibir el mismo cuidado, respeto y aprecio que cualquier otro. Por favor, piense dos veces antes de sacar conclusiones.
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